Es increíble como en los momentos difíciles los recuerdos
son de lo único que te puedes aferrar, había empezado
a perder la esperanza ya no pensaba en nada, solo
miraba al cielo azul como si fuera la primera vez que lo
veía, pero en realidad lo hacia todos los días a las
tres pe eme siempre habían pequeños detalles que le
fascinaban.
Levante la mano derecha para tapar el sol,
el viento estaba tibio y rozaba mi cara un poco
sonrojada, me costaba pensar que esa era la
ultima vez que estaría ahi, que ya no volvería
a ser lo mismo.
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